sábado, 24 de julio de 2010

Los hilos sexuales del poder

Por Ramiro Gonzalez

INTRODUCCION

El siglo XXI ha presentado en esta primera década ser parte de la decadencia de muchas instituciones sociales primarias para el funcionamiento del orden social a saber la familia, la escuela y el Estado. No obstante, ha también presenciado la consolidación de un nuevo régimen de control de las mismas, dominadas por una incesante capilarización de estimulaciones hacia las bases sociales, desde normas que exceden la conciencia racional para muchos, tales como los medios de comunicación y recreación. Ha presenciado, a su vez, una nueva constitución de sociabilidad, con maneras de entenderse a uno mismo y a otros diferentemente del pasado. Con esto quiero decir que si bien la restructuración de la sociedad argentina puede analizarse mediante sus dimensiones socio-económicas y su progresiva desaparición en el ambiente de la toma de decisiones políticas, este ensayo pone énfasis en los procesos por el cual la relación de los cuerpos de los individuos con su sexualidad fueron cambiando mediante una colonización del objeto de deseo sexual, la manipulación del capital sexual incorporado y la conformación de un bloque hegemónico desregulador. Estos tres conceptos que fueron mencionados serán posteriormente analizados en tres capítulos mediante la bibliografía de los autores Jurgen Habermas, Michelle Foucault y Pierre Bourdieu, tratando de (reflexivamente) revelar algunos interrogantes: ¿Es posible dar cuenta de una manipulación visual constante en la conformación de la sexualidad de los individuos a través de modelos sexuales hegemónicos? ¿Los medios de comunicación ayudan en el proceso de descolectivización y despolitización por medio de mecanismos narcotizantes que acallan las voz interna de los sujetos para no problematizar el contexto en el que viven? ¿Cual es la verdadera función de la construcción de los “cuerpos ideales” en nuestra sociedad?

Ya no entendemos el objeto de deseo sexual como antes, ha mutado. Zygmunt Bauman lo declara como irrefutable, como parte vital en la conformación de la psiquis social del individuo, dice: “De todos los impulsos, inclinaciones y tendencias "naturales" del ser humano, el deseo sexual fue y sigue siendo el más irrefutable, obvia y unívocamente social. Se dirige hacia otro ser humano, exige la presencia de otro ser humano, y hace denodados esfuerzos para transformar esa presencia en una unión” (Bauman, 2004). En efecto, el principal concepto que tomare en cuenta es la sexualidad y su importancia en la conformación del sujeto como actor social y portador de una cultura determinada. Entiendo por sexualidad un proceso constitutivo ya desde la niñez que “no sólo se refiere a la reproducción o a las relaciones coitales, sino aún más, a los sentimientos, pensamientos, actitudes y comportamientos cotidianos de la vida” (Carrasco Soto, 2007). De esta manera, la forma en que un individuo conforma sus lazos con su cuerpo, lo entiende y manifiesta, así como crea su conciencia y entiende la realidad que lo rodea es la materia prima de lo que denomino capital sexual, y éste es, principalmente el objeto de estudio de este trabajo, en otras palabras, tratar de entender como fue (y es) la principal fuente de explotación del cuerpo y la sexualidad para beneficios económicos de los grandes propietarios de medios de comunicación y su intento encubierto de, con bases en un discurso liberal y modernizante, exacerbar la practicas sexuales de gran parte de la población induciendo, seduciendo con “modelos perfectos a seguir”.
Sostengo, de esta manera, que esta continua seducción basada en la estética, se encuentra lejos de ser algo “accidental” sino que está inscripta dentro de un “paquete” de mecanismos disciplinarios que atentan contra el cuerpo, la mente, y la sexualidad con vistas a volverlo manso políticamente y dócil socialmente. En nuestra carrera inagotable por perfeccionarnos, por parecernos a esos “modelos”, nos olvidamos de lo que realmente importa.
No obstante, siendo la cuestión de la conformación de la individualidad tan obviamente subjetiva, ¿nos podemos basar en herramientas empíricas confiables para llegar a conclusiones satisfactorias? Contestaré que sí, ya que me armaré de datos recolectados mediante los métodos cualitativos y cuantitativos, asegurándome de su efectiva aleatoriedad, para llegar a hacer inferencias sobre la población en su conjunto. Sin embargo, me interesaré sobre todo en el aspecto cualitativo de la formación de la sexualidad, es decir, cuales son las visiones, pensamientos y opiniones de las personas analizadas, ya que ahí se encuentra el factor fundamental donde penetra las distorsiones comunicativas y los discursos.

Todos hemos visto la descomunal cantidad de revistas eróticas a la venta, los programas de televisión abierta donde aparecen chicas mostrando su cuerpo y exhibiendo una imagen de éxito alcanzable, o también los programas para niños y adolescentes donde parece ser que lo mas importante en la vida es estar a la moda, el descubrimiento sexual y la obsesión por ser reconocido, visible, “encajar” en los grupos. Pero tampoco nos olvidemos del estereotipo de mujer triunfadora clase media, trabajadora de día y madre de noche, y que toma ibuevanol o el yogurt activia para no convertirse en una desquiciada. ¿A que apuntan estos estereotipos? Estos interrogantes y muchos más serán tratados en las páginas posteriores.

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