martes, 23 de marzo de 2010

Los precios suben, las dudas quedan

Por Ibel Carri
A la sociedad moderna le gusta lo explícito y gráfico. No tienen demasiado tiempo para analizar imágenes que tengan mucho contenido, ni tienen tiempo para leer textos que tengan algún tipo de connotación, idea implícita, doble sentido o frase estimulante.
No hay tiempo para elegir un objeto de amor, por eso compran el objeto de amor que vende Marcelo Tinelli, ese que tiene el culo perfecto.
No hay tiempo para respirar, por eso fumamos, y no hay tiempo para fumar, porque si no nos tragamos el humo bien tragado se consume el cigarrillo sin que hayamos saboreado absolutamente todo el cáncer, lo que implica que perdimos dinero en comprar ese atado. Plata quemada, y sin placer ¡Que escándalo!
La plata [Editar] es un elemento químico de número atómico 47 situado en el grupo 1b de la tabla periódica de los elementos. Su símbolo es Ag (procede del latín: argentum). Es un metal de transición blanco, brillante, blando, dúctil, maleable
Disculpen pero no le creo nada a Wikipedia.
Plata, de símbolo Ag, es un elemento metálico blanco y brillante que conduce el calor y la electricidad mejor que ningún otro metal. Es uno de los elementos de transición del sistema periódico. Su número atómico es 47. Microsoft ® Encarta ® 2008. © 1993-2007 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

Qué interesante. Los señores de Microsoft se avivaron de lo que no podían decir lo que los pelotudos escribieron en Wikipedia: “Ag (procede del latín: argentum)”.
Escribir eso significa meter el dedo en la llaga de América Latina. Los señores españoles que vivieron durante la etapa de Pedro de Mendoza venían buscando platita. El nombre Argentina viene de Plata. Y si el lector inexistente de este texto tiene la delicadeza de tomarse el tiempo para buscar algo implícito en las palabras, se dará cuenta que quiere decir “Platita que se llevaron”. Sería fantástico que solo se hubieran llevado plata. Se llevaron plata, oro, cobre, bronce, carbón, tierras. Todos objetos prescindibles. El pecado: se llevaron cultura. El pecado imperdonable hasta por el mismísimo piadoso Dios Cristiano de las misiones: la mataron. ¡Un completo desperdicio!
Plata Argentina:

Un paquete de Viceroy de diez. Bartolomé Mitre, forro conservador. Un forro que se cogió a la Argentina con cuidado.

Un paquete de preservativos / El pancho y una gaseosa cola marca Pirulo. José de San Martín. No tengo mucho que decir acerca de este hombre en este momento, pero gracias a él, al sargento Cabral, a los granaderos a caballo y a la inoperancia del ejército español se escribió la mejor canción patria de la historia, La Marcha de San Lorenzo. Después de haber agotado todos los recursos de burla y rebeldía en la canción para Sarmiento con el clásico “Olor y grasitud al chancho hambriento”, no había mayor deleite musical durante la escuela primaria que cantar La Marcha de San Lorenzo. Deberían hacer una versión Punk, y una traducción al inglés.



1kg de yerba mate Cruz de Malta. Manuel Belgrano. Me enamoré de este hombre cuando la profesora de historia me contó que durante el período revolucionario, cuando se estaba debatiendo el modo en que se iba a gobernar nuestro país, este muchacho propuso una monarquía, en la que el rey fuera un cacique Inca. Un limado, pero un genio. Creo que si hubiera vivido en esa época, le hubiera practicado sexo oral, y por supuesto, lo hubiera apoyado en su proyecto.

Entrada a un bar de mala muerte (incluye consumición). Juan Manuel de Rosas. ¿Incluye con-su-misión, con-sumisión o consumición? ¿La misión? Aparentemente poder, y si bien en la época de este señor terrateniente no existía la globalización, la gente padecía el mismo mal… someterse. Finalmente, todos consumidos, por el carisma aplastante de un hombre o de un objeto de consumo.
La verdad es que Rosas no podría haber tenido mejor apellido. Un híbrido incomprendido por la historia, ¿Federal?, ¿Unitario? No sé, ni idea, muchas teorías al respecto, pero la fija es que el nombre le calza bárbaro.
Nótese la numeración del billete que encontré poniendo en google “20p”.

Como tres remeras en once. Domingo Faustino Sarmiento. Si ese hombre en vida tenía la expresión de la imagen del billete, era un mal cogido. Le pasa por facho y nerd. Un sobervio.


Un veinticinco del rico y una birra. Julio Argentino Roca (¿En qué quedamos, de metal o de piedra?). De los personajes de la historia Argentina, en mi opinión, el más asqueroso, repugnante y nauseabundo de todos. Con el cerebro lo suficientemente pequeño como para matar más de 14000 personas para quedarse con sus tierras. Si estuviera vivo le recomendaría algunos libritos de antropología.
Es la joyita. Roca es el más alto. Es el mayor que hay. La demostración de la suprema inmundicia. Este billete es la tácita analogía entre la ambición y la avaricia que suponen los ceros cuando se trata del dinero y lo que la gente es capaz de hacer por alcanzar lo que el dinero supone ser: El Poder.


¿Qué carajo es la Gioconda de cabeza?

Disfruto de pensar, a veces me angustian mis pensamientos, a veces me enorgullecen, pero finalmente, sea la conclusión que sea, cualquiera que sea el final que tenga el período de sesiones mental, concreto o abierto, siento que crezco y eso me llena.
En cuanto a lo emotivo, me considero una persona apasionada y fuerte, lo que me impulsa a crear un mundo mejor.
¿Qué es un mundo mejor? No sé, pues no vivo en él, sin embargo (hablando de lo emocional) lo siento claramente, en mi corazón veo la clara imagen de ese mundo. No pretendo argumentar por qué lo deseo, por qué quiero construirlo. No tengo que dar ese tipo de explicaciones. Lo siento de ese modo y punto.

¿Qué carajo es la Gioconda de cabeza?

Es un estímulo para el pensamiento. Final abierto. Que complete la humanidad ese espacio vacío que hay dentro de todo.
Son las nueve y treinta y dos. ¡Zarpado!

Después de releer este amorfo texto y realizar unas pequeñas correcciones de redacción me di cuenta de que es patético que termine así, de modo que voy a anexar una reflexión.

Yo, la/el peor de todas
“La sociedad actual lejos de contemplar los profundos pensamientos filosóficos de los hombres sabios que con sus teorías y sus palabras plasmaron un mundo ideal hacia el cual apuntar, hombres como Marx, Silo, Ghandi, Luther King, Jesús, Confucio (por nombrar los primeros que asoman en mi cabeza); lejos de oír sus reflexiones sobre los errores pasados para construir un presente mejor, pareciera ser un rejunte de los malos hábitos que, a la hora de estudiar la Historia, la Educación Cívica, la Sociedad y el Estado criticamos.
Durante nuestra niñez, nuestros padres nos hacen hincapié en valores como la honestidad, y nos envían a la escuela dónde nos enseñan una historia Argentina, y nos injertan una identidad patriótica basada en las caras de los hombres que mas adelante, la adquisición del pensamiento crítico nos develaría como errónea, falsa. Hombres de papel moneda corriente, como Roca, destructores de las raíces y enemigos de la vida, como Mitre, opositor enmascarado de la democracia son nuestra primera mentira social. Desde pequeños, nos hacen memorizar el preámbulo de la constitución nacional, como si este fuera la clara expresión de la libertad del pueblo argentino, documento que, si hubiésemos sabido a los 10 años sus verdaderos orígenes, posiblemente hubiéramos cuestionado antes de recitar con caras de placer al jurar nuestra “amada” bandera.
Vamos creciendo con contradicciones y absurdos tales frente a nuestros ojos, que ya no podemos ni ver.
“No corran chicos”, “no se golpeen”, “a la dirección”.
Con la fachada de evitar la violencia física, nos introducen en un sistema de violencia represora, donde no se nos explica el por qué de las decisiones, y esto no es a causa de algún motivo concreto; no se nos enseña por desinterés.
Sometidos por esta fuerza mayor, a quién no interesamos en lo absoluto y no comprendemos porque nos encontramos completamente cegados, caemos en el sistema. (Llamemos sistema a todo aquello que no entendemos pero nos limita, como el dinero, el poder verticalista, las barreras nacionales y la xenofobia, la violencia de género, etc.)
La verdadera diferencia entre nuestra sociedad, y las del pasado que criticamos, o la de nuestros vecinos llamados “violadores de los derechos humanos”, es que se comenten los mismos crímenes, pero con mayor elegancia. El nombre empresario u hombre de negocios, es mucho mejor que el de explotador, llamar a un militar dictador y autoritario, “restaurador” es mucho más poético, decir que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional otorgan créditos a los países para desarrollarse suena mejor que decir que otorgan deudas impagables a países que jamás van a desarrollarse.
Yo, argentina, sudamericana, mujer, vocera de los derechos humanos, humanista, pobre y trabajadora.
Yo, que a veces puedo ver la falla en este mundo corrompido.
Dentro de este mundo, me siento un punto ignorado.
Yo me siento la peor de todas.”

1 comentario:

  1. Hola Ibel: te felicito! me encantó! scribis muy bien, pero por sobre todo dejas expresar directamente lo que sucede en tu persona, lo que sentis, lo que te molesta y te gusta. Hiciste que perciba diferentes emociones y abriste la puerta del pensamiento y la reflexión arbitrarias. Me encanta este artículo y más me gusta tu mirada. Por momentos parece un retrato del Bosco, por su oscuridad y belleza, y por momentos aparece la gioconda de cabeza, que es otra genialidad, una contrapartida a la sonrisa por excelencia (transexual?), una poética manera de pensarnos como personas y como comediantes en el entramado social, porque siempre somos con otros, arrojados en el mundo, como dice el alemán. Gracias Ibel, es un artículo genial. Mis mas caros respetos. Marcelo Meza

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